El talento sigue intacto. Ni siquiera la operación en la rodilla izquierda por una osteocondritis que la mantuvo alejada de las canchas durante varios meses fue capaz de destruir la magia. Aymar se mostró como la misma de siempre, desequilibrante y genial, siendo elegida como la mejor jugadora del Champions Trophy. Otro premio más para esta rosarina de 30 años que continúa acumulando méritos a un extraordinario currículum.
Lucha apareció en su máximo esplendor en la final, justamente en esa clase de encuentros donde muchos se dejan llevar por la ansiedad o la responsabilidad le juega una mala pasada, cuando las piernas parecen que pesan más de la cuenta.
El dribbling de la volante de Geba hizo estragos en el encuentro decisivo sin que las alemanas la pudieron detener. Su actuación fue decisiva por todo lo que generó y por su activa participación en los goles.
Son pocos los que recuerdan que a fines de julio del año pasado jugó infiltrada la final de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro. Después de ganar otra medalla de oro, al derrotar a Estados Unidos por 4 a 2, fue operada en la rodilla izquierda y no volvió a una cancha en el resto del año.
Recién a partir de enero tocó otra vez una bocha y, lógicamente, quedaban dudas acerca de su evolución y si recuperaría pronto esa virtud de cambiar el ritmo, frenarse y acelerar.
El interrogante se disipó rápido y Lucha deslumbró otra vez para convertirse en la mejor de todas en el Champions Trophy de Monchengladbach, como ya había sucedido en Amstelveen 2000 y 2001, Sydney 2003, Rosario 2004 y Canberra 2005. O como cuando fue elegida cuatro veces la número uno del mundo (2001, 2004, 2005 y 2007), una distinción que ninguna jugadora del planeta conquistó tantas veces, o como la mejor del Mundial de Perth 2002.
A esta altura no quedan dudas que la volante rosarina no tiene nadie que se le compare en la historia del hockey nacional, ni siquiera Verónica Alfonso, esa excelente jugadora que brilló en el seleccionado en la década del 70’ cuando se jugaba sobre césped natural. Es que Aymar alcanzó demasiados títulos y consagraciones como para no ubicarla en el lugar de los elegidos.
Todavía tiene mucho para dar y seguramente será la abanderada de un seleccionado argentino que dentro de pocos meses buscará la única medalla dorada que le falta en los Juegos Olímpicos de Beijing. Ya consiguió la de plata en Sydney 2000 y la de bronce en Atenas 2004. Lo de ayer puede ser un buen anticipo, con una Maga que sigue intacta.
Fuente: http://www.lacapital.com.ar/
LA CAPITAL - Rosario - Argentina
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