Según el entrenador Carlos Retegui, el tercer puesto logrado por el seleccionado de varones en el Champions Trophy debería actuar como un nuevo punto de partida; quiere que se acabe el eterno debate sobre quién hizo más por este deporte.
"Lo mejor está por venir", había prometido Carlos Retegui el 19 de marzo, cuando asumió como entrenador del seleccionado masculino de hockey sobre césped. Tres meses después, ese mensaje optimista se corporizó en el título de la Sultan Azlan Shah Cup, en Malasia, y en el histórico tercer puesto obtenido el domingo último en Rotterdam, por el Champions Trophy. Superadas las emociones, se abrió el espacio para analizar cómo sigue este recorrido.
-¿Qué te dejó el último torneo?
-Iniciamos un camino muy importante para el hockey. Quedó demostrado que a través del trabajo, las ganas, la convicción y la solidaridad de todos se puede alcanzar cualquier objetivo.
-¿Cómo vivieron el hecho de no clasificarse para la final, luego de que España y Australia ganaran sus respectivos partidos en la última fecha?
-Estábamos liquidados; quien diga lo contrario miente. Además, nos enteramos del fallecimiento de la madre de uno de nuestros jugadores, Juan Eduardo Garreta, que se volvió enseguida para Buenos Aires. El plantel quedó muy dolido por esa noticia y no fue nada fácil enfocarse para el partido por el tercer puesto ante Holanda. La charla previa fue más una arenga emotiva que un desarrollo de cuestiones técnicas. Nos quedamos con las ganas de llegar a la final; todos queríamos jugarla porque sabíamos que la íbamos a ganar, ya fuera ante Australia o España.
-¿Qué punto se alcanzó hoy, después de este logro?
-Hay que terminar con las divisiones en el hockey argentino. Es el momento. No debe seguir más ese eterno debate acerca de quién hizo más por este deporte. La medalla de bronce puede ser un punto de partida para el beneficio de nuestro hockey, que para mí tiene cuatro referentes claros: Luis Ciancia, Marcelo Garraffo, Jorge Ruiz y Sergio Vigil. Nosotros, como cuerpo técnico, estamos para aprender de ellos, pero también queremos que se sumen otros entrenadores y que todos tiremos para el mismo lado. Las Leonas triunfaron en Moenchengladbach y los muchachos fueron terceros en Holanda. Entonces, sería bueno que la gente del hockey se ponga en positivo y, después, "Dios proveerá" , como dice mi madre.
-¿Cuándo creés que el seleccionado masculino llegará a la maduración definitiva?
-No me gusta prometer nada ni decir que el equipo explotará en tal torneo. En realidad, en Rotterdam el equipo ya explotó, porque hizo historia.
-No me gusta prometer nada ni decir que el equipo explotará en tal torneo. En realidad, en Rotterdam el equipo ya explotó, porque hizo historia.
-¿Pero qué proyección avizorás?
-Con el resto del cuerpo técnico queremos que los jugadores empiecen a rendir en un estado óptimo a los 28 años. Esa es la edad en la que entienden el juego de manera total y se muestran definitivamente aplomados. Por otro lado, nos ilusiona que chicos como los hermanos Argento, Matías Rey, Juan Martín López y Lucas Vila, por citar algunos de los que hoy tienen entre 21 y 23 años, ya juegan como si fuesen veteranos; dentro de dos o tres años pueden ser unas bestias . Van a ser algo serio, pero hay que mantener los pies sobre la tierra: ni éramos tan malos antes, en los Juegos Panamericanos y el Preolímpico de Auckland, donde perdimos el pasaje para Pekín, ni somos tan buenos ahora.
-¿La Argentina tiene ahora nuevas obligaciones?
-Seguro: esta medalla de bronce es una alegría inmensa, pero nos exige trabajar todavía más duro. Hay que aprovechar a los jugadores que actúan en Europa para poder competir y realizar giras allí. Los ciclos no se hacen de un día para el otro, aunque también nos permitimos soñar y creer en un futuro promisorio.
6 es el puesto en el ranking que ocupa desde ayer la Argentina; desplazó a Paquistán
Gastón Saiz - La Nación
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