Por Gastón Saiz De la Redacción de LA NACION
Soportó una gran presión por la obligación tácita de defender el prestigio de las Leonas en Pekín 2008, pero igual Gabriel Minadeo parece dispuesto a asumir el desafío de un nuevo megaciclo con proyección a Londres 2012. Ayer se le preguntó sobre su continuidad y escondió las cartas. "Hay que sentarse con los dirigentes de la Confederación y ver cómo sigue todo. Mi contrato vence en marzo de 2009", repitió. Aunque el brillo de sus ojos lo delató: quiere seguir.
Si finalmente es confirmado, se vendrán decisiones difíciles para el DT: deberá descartar en forma progresiva a históricas treintañeras que querrán continuar, pero que ya no tendrán lugar pese a sus pergaminos. También, buscará dar en la tecla para subir al seleccionado mayor a las juniors más capaces. El recambio es inevitable, pero aún no está claro cómo hacerlo.
Con Luciana Aymar como estandarte, se aproxima una escala intermedia de máxima exigencia: el Mundial 2010 en GEBA. Los dirigentes ya envían mensajes: "Ahí habrá que ser protagonistas sí o sí..."
martes, 26 de agosto de 2008
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